Fuente: Fandom
26 de agosto: Es el peor día de mi vida, el diablo me arrebató mi alma gemela en silencio, en un intento por continuar el camino en el sendero de la existencia terrenal. El diablo, disfrazado de mujer logró descender las escaleras de mi corazón, para convertir un día de sol puro en un día de infierno, donde la lluvia se apodera de todo. En mi mente tengo cada palabra del doctor, cada informe sobre el estado de salud de mi esposo, lo recuerdo todo.
Como no olvidar el primer informe, el primer triste
informe. Las palabras del doctor no eran muy positivas “El señor Jaime ingresó
a cuidados intensivos con altas probabilidades de fallecer, puesto que su
pulmón se explotó, afectando los órganos principales como el corazón y los
pulmones. El paciente necesita ser entubado, no puede respirar por sus propios
medios, pero necesitamos que ustedes nos den la autorización, teniendo en
cuenta que el proceso podría traer como consecuencia la muerte. ¿Están de
acuerdo?”
Mi reacción fue inmediata: El dolor impacto
directamente en mi ser, me sentí débil, las fuerzas que tenía me iban
abandonando lentamente…ya no era la misma.
Aquel dictamen provoco la conmoción de todos los que
estábamos esperando a visitar a mi Jaime. Se me cruzaron demasiados
pensamientos como “¡Mi esposo se está muriendo y yo no puedo hacer nada! Él no
se puede morir, tiene que ser fuerte… no puedo ser fuerte sin él, ese aparato
podría matar a mi esposo, que haría sin el…” el miedo se activó y no pude
evitar llorar.
Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo… Mi mente
instantáneamente me transporta de este mundo, todo es blanco. De repente me encuentro
en un bosque, cuyas flores de colores vivos resaltan en aquel lugar, aves de
unos colores tan hermosos que contrastan
Veo mi
alrededor y observo personas cuyos rostros reflejan tristeza, desespero y
ansiedad, los rostros del sufrimiento por aquellas pérdidas que dejan un vacío
en lo más profundo de sus corazones. La muerte de una persona especial es un
sentimiento tan desgarrador, se siente una impotencia y al mismo tiempo unas
inexplicables ansias de salir corriendo para escapar de esta aterradora
realidad que invade en la cabeza de todo ser humano. Ninguno de nosotros está
exento de la muerte, la muerte tarde o temprano estará al borde de la ventana
esperando por nuestra fuente de vida.
Al estrellarme con la realidad pude notar pequeñas
gotas de lluvia desprenderse de mis ojos, las cuales, poco a poco fueron
atravesando mis mejillas, tan pálidas por aquel sentimiento tan devastador,
hasta llegar al extremo de mi mentón. Finalmente, las gotas de lluvia, de un
sabor salado, cayeron en picada sin escapatoria hasta el suelo. Tenía miedo de
que el hombre que estaba en esa camilla luchando por recuperar su vida desista,
tenía miedo de perder al amor de mi vida.
A las 2:30 de la tarde sentí un vacío espeluznante.
Por una extraña razón sentí que mi felicidad se derrumbaba. Sentí que algo
grave había pasado con mi amado. A las 3:00 pm el doctor pide a su secretaria
llamar a los familiares más cercanos de mi esposo con motivo urgente. Le pedí a
mi hija mayor, llamada Yenny, que obedeciera a la secretaria, Yenny asintió y
subió escalón por escalón hasta llegar al consultorio del médico. ¡Mi hija
tenía el corazón en la mano!
Comentarios
Publicar un comentario